Seis meses aprendiendo a escuchar
Somos mujeres, maridos, madres, padres, hijas, hijos, amigas, amigos, vecinas, vecinos… Y de repente, sin previo aviso, una nueva etiqueta se nos impone y lo redefine todo: somos familiares.
Y puedo decir que al principio estamos perdidos. Muy perdidos. Es un lugar nuevo, pero en medio de esa desorientación, poco a poco, nos vamos encontrando.
El primer descubrimiento: escuchar no es lo mismo que oír.
En el camino aprendemos a escuchar. Se convierte en nuestro día a día, es nuestra nueva realidad. Escuchamos síntomas, miedos, silencios, quejas y esperanzas.
Pero aquí llega la primera gran lección: que escuchemos no significa que entendamos. Al principio, oímos las palabras mientras nuestra mente corre a buscar soluciones y a decir "todo va a estar bien", frustrándonos al darnos cuenta de que no hay nada que arreglar. Es un aprendizaje, porque a entender nos enseñan, y la lección es que a menudo la única tarea es acompañar.
La segunda lección: para entender, tienes que dejar que te enseñen.Entender es prestar atención más allá de las palabras: a las pausas, a las miradas, a los silencios y a todo lo que no se dice.
La verdadera escucha es la que presta atención a lo que no se dice. Es callar tus propias respuestas para crear un espacio seguro donde el otro pueda simplemente ser. Es entonces cuando empiezas a entender. Entender lo que rodea a la persona con la que estás: el cansancio, el miedo que se esconde en una pregunta técnica. Escuchar es aprender a dar valor a sus sentimientos, no a cuestionarlos.
El regalo inesperado de la escucha.
En mi caso, han pasado seis meses de esta escucha activa, consciente y, a veces, dolorosa. Seis meses de callar para poder oír de verdad. Y puedo decir que nunca, en toda mi vida, me he sentido más cerca de la persona con quien estoy.
Si te sientes perdida, si te sientes perdido, si crees que "solo escuchar" es no hacer nada, créeme: estás haciendo lo más importante de todo. Estás ofreciendo el regalo más valioso que existe: tu presencia incondicional. Estás diciendo, "estoy aquí contigo, y no me voy a ir". Y eso, a veces, es lo único que importa.


0 Comentarios