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CÓMO VIVÍ EL BROTE PSICÓTICO DE MI HERMANA

 

La vivencia de M.

Un domingo recibí un mensaje de mi hermana, era diferente a los habituales, raro, en mayúsculas. Mi hermano me llamó para preguntarme qué pasaba, si yo sabía algo que él no, también recibió mensajes extraños, difíciles de interpretar y un tanto inquietantes. Yo pensé ¿si se ha metido en una secta? Le propuse quedar pero no podía, tenía cosas importantes que hacer, lo cual me sorprendió, sin embargo y extrañamente nos pidió ayudarla.

Quedé con mi otra hermana el lunes un poco antes de que ella entrase a trabajar para poder verla y hablar y ver qué le pasaba y cómo podíamos ayudarle. Acudió al trabajo puntual, pero no abrió, yo la veía y era ella, pero sus palabras, expresiones y forma de comportarse no eran suyas, lo más cercano, en mi ignorancia, a algo conocido para mí era como estar borracha, pero sin estarlo.

Decidimos llevarla a urgencias, la espera fue trepidante, era una máquina de hacer palabras, no le podíamos seguir, hablaba mucho, pero pasaba de una cosa a otra, mezclaba cosas presentes con pasadas, con la religión, la familia…  Sin embargo, fue una espera divertida, de risas y conversaciones inconexas por parte de las tres. En ningún momento estuvo agresiva, decía que no quería ir, pero nos acompañó sin problemas.

Al entrar en consulta y comenzar la médica a hacerle preguntas, comprendí que algo le pasaba o había pasado, que no estaba bien y respondía adecuadamente ciertas preguntas y otras no.

Yo mantuve la calma y la tranquilidad, hasta el momento en el que se la llevaron en ambulancia al hospital.

Después, tras las pruebas y desde la tranquilidad de la distancia y reposando las emociones, me preocupé, la parte física quedaba descartada, la parte emocional-mental era la afectada.

Con el tiempo saco dos conclusiones de esta experiencia vivida:

1.   - Tenemos un gran desconocimiento de las enfermedades mentales, sus primeros síntomas, cómo podemos ayudar y detectar. Es una enfermedad más, pero desconocida. Ponerle nombre y hablar para entender y normalizar ayuda mucha a ambas partes.

2.      - El humor siempre ayuda, no cura, pero ayuda a sobrellevar las adversidades de mejor manera, de forma más natural.

 


La vivencia de C.

Cuando se produce el brote de un familiar, aparece la inquietud y el miedo. ¿Qué sucede? Por qué?

Con el diagnóstico y el inicio del tratamiento hay una sensación de tranquilidad, se le pone nombre a una forma extraña de comportarse y nuevamente el desasosiego: ¿Se recuperará?

En ambos momentos es importante la información y el acompañamiento por parte de los profesionales. El mensaje claro y contundente: poco a poco y con la ayuda de los profesionales, familiares y amigos se puede superar la psicosis.

Una vez recuperada del brote hay que trabajar para dar con los desencadenantes del mismo y reconocerlos para no recaer.

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