Depresión y psicosis
Cuando sufres un episodio psicótico la repercusión en tu vida puede ser tan grande, que sientes que de repente tu vida, tal como la conocías, se marchita, como si de una flor que va muriendo se tratara.
No sólo son los síntomas psicóticos que sufres durante el episodio, que te llevan a perder el contacto con la realidad y quizás a niveles intensos de angustia. Toda esa experiencia se puede llegar a vivir como una gran tormenta en medio del océano, donde te sientes totalmente perdida y confusa.
Pero a veces, cuando esas aguas se van calmando y comienzas a retomar el contacto con la realidad, puede venir algo que no esperabas.
Tomas conciencia de cómo el episodio psicótico repercute en diferentes ámbitos de tu vida (tener que coger una baja laboral, haber sufrido un ingreso hospitalario y separarte de tu familia, amigos cercanos, tener que abandonar tus estudios…). Ansías retomar la vida que llevabas “antes” con total normalidad de forma inmediata, pero resulta más complicado de lo que deseas.
En ocasiones, aunque las aguas se mantienen calmadas, tú sigues en medio de ese océano infinito a la deriva. Ha surgido un nuevo contratiempo que no esperabas… la depresión. Un estado mental donde las emociones que aparecen son: tristeza, dolor, bloqueo, sensación de incapacidad, soledad, falta de placer, culpabilidad.
Durante la depresión toda tu familia, profesionales y gente cercana te van dando frases de ánimo, esperanza y te dicen que vas mejorando. Pero tú no lo ves de esa manera, el sufrimiento pesa mucho más que los progresos y cuando recibes esos mensajes de ánimo por parte de tus seres queridos, una especie de rabia e incomprensión se apodera de ti.
Pero con el tiempo, con el apoyo de la gente cercana, los profesionales y con tu propio esfuerzo por seguir nadando a contracorriente en ese océano oscuro, vas encontrando tus fortalezas más valiosas a las que consigues agarrarte y empiezas a conseguir tus metas. Dar esos pasos, poco a poco te va fortaleciendo más y haciéndote más resiliente. En este proceso, vas descubriendo cualidades y habilidades personales a las que antes no habías prestado atención.
Y tras estar navegando durante meses a la deriva, por fin en el horizonte puedes observar un faro y un maravilloso paisaje que crece ante ti con nuevas oportunidades, quizás incluso alguna mejor de las que dejaste atrás cuando partiste.
Por ello de cada flor marchita, nace una flor más bella y con un tallo más fuerte.
0 Comentarios