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Cuando una persona ha tenido un episodio psicótico, en ocasiones, se pregunta como contar a su entorno lo que ha ocurrido. En la fase aguda, los propios síntomas psicóticos, pueden hacer que se comporte de manera extraña, le hayan notado diferente, haya tenido que abandonar los estudios o el trabajo... Por ello, cuando los síntomas desaparecen y uno quiere retomar su vida, se puede enfrentar a situaciones incómodas.
En este post hemos querido recoger la experiencia de como se puede sentir una persona al tener que contar lo que le ha pasado.
"En mi experiencia personal, tuve un episodio psicótico y me ha resultado muy complicado explicar en mi entorno lo que ha pasado. En primer lugar, hasta me cuesta entender a mí mismo que es lo que ha ocurrido, como para explicárselo a nadie. Cuando estuve con síntomas, estuve una época desaparecido, viviendo en la calle porque tenía claustrofobia y no podía vivir en sitios cerrados. Yo no puedo negar, ni disimular lo que ha ocurrido, porque todo mi entorno se ha enterado. Mi familia me recibió con cariño. Otras personas me han trasmitido preocupación por saber que había estado desparecido y a veces no se que contestar, me resulta difícil contar lo que pasó. Sienta bien que alguien se preocupe por ti, pero al mismo tiempo es incómodo. La gente lo atribuye a que estás loco, aunque a los que se lo he dicho, no se han escandalizado".
"En mi caso, lo comenté en mi entorno a la familia más cercana. Lo sabían mi madre, mi hermano, 2 amigas mías y mi vecino. En un primer momento, todavía tenía síntomas psicóticos, pero yo no sabía que no era real lo que estaba viviendo, pero me sentí apoyada por ellas. Tras mi segundo ingreso, lo contamos a todo el mundo. El novio de una amiga también ha tenido psicosis y he podido compartir esto y normalizarlo al haber conocido a otra persona que ha pasado por lo mismo.
En cuanto a la manera de contarlo, fue una emboscada, me pusieron en un corro los familiares y me presionaron para que lo contara, lo pasé mal. Me hubiera gustado poder hacerlo en una comida o cena familiar y no contar todo de golpe, hacerlo de una forma más espontánea".
"En mi caso, he trabajado mucho sobre mi misma y lo que me ha pasado y siento que lo tengo superado, ahora puedo contarlo sin problemas, porque ahora tengo una enfermedad mental y soy una persona igual que cualquiera, pienso que no sirve para nada ocultarlo. Pero al principio pensaba que la gente no me iba a creer. Para la gente que no conoce nada de la salud mental, les resulta difícil creer que es verdad lo que tu puedes llegar a pensar".
En resumen, hay personas que tienen menos dificultades que otras a la hora de compartir su experiencia. Es más fácil compartirlo con el entorno más próximo y posteriormente con el resto de personas. A menudo uno de los impedimentos que encontramos es que todavía en la sociedad existe un estigma hacia estas enfermedades, por lo que a veces, aparecen sentimientos de vergüenza y reticencia a contar lo que ha pasado de una manera franca, como podría hacerse con otro tipo de enfermedades.
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